No tendría mayor trascendencia la ocurrencia del alcalde del Puerto de la Cruz si no fuera porque en es
e despacho que acaba de contratar para esos asuntillos municipales trabajan dos profesionales vinculados al PP (Lope Afonso y Pedro González) que, en su día, impugnaron las elecciones al comité local y siguen pendientes, como el empresario Sebastián González, de la consiguiente resolución judicial. Y ahí es donde surge el mosqueo del tándem Meca-Rodríguez que parecen intuir una maniobra desestabilizadora. Quienes se frotan las manos son los del PP contrarios a pactar con Brito, que ven cómo se cumplen ciertos vaticinios de que el alcalde censurador quiere tener dos partidos: el suyo y el PP, o lo que quede de él.En el Puerto de la Cruz ya se empieza consolidar la idea de que nada ha cambiado tras la censura y que los problemas enquistados, lejos de resolverse, van agravándose. Raro clima, por cierto, el que se vive en el Ayuntamiento, donde el copropietario de un canal de televisión que aspira a la concesión postrera de la TDT, se mueve con papeles y expedientes de despacho en despacho, como si estuviera en su domicilio televisivo. Dicen las buenas lenguas que Pepe López es el nuevo conseguidor portuense y que Marcos Brito se lo permite para corresponder a todo el empeño puesto en la causa de la alcaldía de sus entretelas y que se hace visible, con insultos e improperios, cada semana. Las mismas buenas lenguas indican que nada es de extrañar que López tenga despacho en el consistorio local dentro de poco. Y así tendrá dos platós: el del canal innombrable y el del Ayuntamiento.


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